¿Cuándo dejar de usar el capazo y pasar a la silla?

El momento de cambiar del capazo a la silla es una de esas etapas que a muchas mamás nos genera dudas: ¿Cuándo dejar de usar el capazo y pasar a la silla? 

No queremos ir ni demasiado deprisa ni demasiado tarde. 

Pero tranquila, hay señales claras que te ayudarán a saber cuándo ha llegado el momento perfecto para hacer el cambio con seguridad y confianza.

 

¿Por qué los bebés empiezan usando capazo?

El capazo es como un mini refugio seguro para los recién nacidos. 

Durante los primeros meses, los bebés necesitan ir completamente tumbados para proteger su espalda, su cuello y su desarrollo pulmonar. 

Además, al ir acostaditos, se sienten más protegidos, como en el vientre materno, y pueden descansar mejor en los paseos.

Por eso, los primeros paseos siempre deben hacerse en capazo, incluso si a ti te parece más práctico usar directamente la silla.

 

Señales físicas que indican que tu bebé ya está preparado

  1. Sujeta bien la cabeza y el cuello. Si al levantarlo, su cabeza no se tambalea y puede sostenerla unos segundos, es una buena señal. 
  2. Empieza a intentar incorporarse solo. Si dentro del capazo se gira o intenta sentarse, probablemente ya no se sienta cómodo ahí. 
  3. Mide más de 60 cm o pesa más de 9 kg. Muchos capazos tienen límite de tamaño o peso, así que revísalo según el modelo. 
  4. Está más activo y curioso. Si ves que tu peque quiere mirar todo a su alrededor y se aburre al ir tumbado, es un claro indicio. 

En muchos casos, estas señales aparecen juntas, y ahí es donde vuelve la gran pregunta: ¿cuándo dejar de usar el capazo y pasar a la silla sin correr riesgos?

 

Qué riesgos tiene pasar demasiado pronto a la silla

Aunque te parezca que “ya va grande” o que llora en el capazo, pasar demasiado pronto a la silla puede ser contraproducente. 

Si no tiene fuerza suficiente en el cuello o la espalda, la posición semi-sentada de la silla puede forzarle y provocarle molestias o incluso lesiones. 

Además, en caso de frenazos o movimientos bruscos, su cuerpo no tendría la sujeción necesaria.

Lo ideal es esperar a que el bebé tenga un desarrollo muscular adecuado y use una silla que permita varias inclinaciones, incluida la posición totalmente reclinada.

 

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